por Jéssica Balbino
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Pelota en el suelo, barrilete en el cielo y una cortina de contaminación en el aire. Coches, peatones, corbatas, títeres. El ritmo es frenético. Muchos sin destino, en desaliño, para allá y para acá. Definitivamente en São Paulo todos son protagonistas.
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La cerveza helada en la esquina, los niños para abajo y para arriba, a la tarde con sabor de infancia, la temperancia, el destino. Estoy de pasaje, mera visita. Dispenso la anestesia, al final, desde que aquí llegué, hace pocos días, estoy anestesiada, paralizada, esturdecida. El simple va y viene de ese cotidiano ya me fascina. Para mí todo es nuevo, hasta la sinfonía de bocinas.
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Paro, respiro e interfono. Aviso quien soy. Subo dos escalones y entro. Trabo delante de todo lo que veo. Es mucha información. De donde vengo, la minera Poços de Caldas, no es común encontrar todo esto. Tanta cosa dispuesta en un lugar solo. En pocos metros cuadrados, por los estantes, mesas y estanterías nombres como Canto, Érica Peçanha, Sérgio Vaz, Ademiro Alves (Sacolinha), João Antônio, Preto Ghóez y Ferréz saltan a los ojos.
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São Paulo es plural de veras, multicultural, sorprendente por todos los rincones. No es sin razón que en la región central de la ciudad, en el segundo piso de un antiguo edificio en la calle 13 de mayo, en el tradicional barrio Bixiga (reducto italiano de la capital), la periferia, quien diría, es dueña. Allí, donde desde el carnaval de 2010 está establecida la librería Suburbano Convicto, margen y centro convergen en un único elemento: cultura marginal (marginal, por ser una producción excluida de las grandes librerías y bibliotecas).
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La intención de la visita es, o mejor, era, rever amigos, dar un “hola” rápido y salir rumbo a otros compromisos, pero el “tsssss” de la lata de cerveza al ser abierta, allí, así, de repente, en un estallido, al calor de las emociones, convida para algunos minutos extras. Encostada en la barra o sentada en un sofá, que queda AL lado de un gran acervo de libros y CDs, dispuestos en cuadernos y archivos, dejo pasar el tiempo y las conversaciones fluyen mientras la noche va cayendo.
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No va a demorar mucho y nuevos amigos llegan, y lo que era prisa, se diluye en ganas de quedarme. Pionera en Brasil, la librería Suburbano Convicto es la única especializada en literatura marginal, con ejemplares únicos y hasta muy raros, de autores ya fallecidos o de ediciones ya agotadas.
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Fiestas, encuentros, debates y lanzamientos. Semanalmente, decenas de personas pasan por el espacio y consumen cultura, ora de forma gratuita, ora en forma de inversión, cuando adquieren libros, películas o mismo ropas, producidas por quien vive en la periferia y la representa.
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Se existiesen más librerías como éstas, con precios accesibles, asuntos reales y un ambiente ‘real’ tal vez tuviésemos en las calles más poetas que soldados.
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DIRECCIÓN
Rua 13 de maio, 70 – 2º andar
Bixiga/ SP
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www.buzo10.blogspot.com